Dwayne Johnson sorprende con su transformación más intensa en el cine. El actor asegura que este desafío marcó un antes y un después en su carrera, alejándose de su imagen de héroe invencible.
Dwayne Johnson, conocido mundialmente como La Roca, está dejando atrás su faceta de héroe indestructible para adentrarse en un territorio mucho más crudo y humano. Durante una entrevista con Vanity Fair, el actor reveló que dedicaba entre tres y cuatro horas diarias al proceso de maquillaje y colocación de prótesis para transformarse en Mark Kerr, el dos veces campeón de peso pesado de UFC a quien interpreta en ‘La Máquina’ (The Smashing Machine), la nueva película de Benny Safdie producida por A24.
El film, que debutará en el Festival de Venecia antes de llegar a los cines el 3 de octubre, narra los éxitos deportivos de Kerr y sus luchas personales, incluyendo adicciones y una complicada relación con su esposa Dawn, interpretada por Emily Blunt. Para Johnson, asumir este reto significó romper con los papeles que lo habían encasillado como el héroe invulnerable que siempre tiene la respuesta.
“Fue muy real. Sentí un miedo que no había experimentado en mucho tiempo. Pensaba: ‘¿Puedo hacerlo realmente?’ Y entendí que quizás esas oportunidades no llegaban porque yo mismo tenía miedo de afrontarlas”, confesó el actor. “Tenía hambre de un proyecto crudo, visceral, que me obligara a desnudarme emocionalmente, y ‘The Smashing Machine’ apareció en el momento justo”.

Blunt, amiga cercana de Johnson desde que compartieron pantalla en ‘Jungle Cruise’, destacó la transformación radical de su compañero de elenco: “Desde el primer día fue como si desapareciera. Lo que vimos en el set no era Dwayne ni La Roca, era Mark Kerr. Fue espeluznante y hermoso presenciar cómo soltaba esa imagen de invencible para mostrarse vulnerable”.
El proceso no solo implicó el maquillaje y las 14 prótesis que utilizaba a diario, sino también un cambio profundo en su enfoque actoral. “Me miraba en el espejo durante horas viendo cómo todo cambiaba. Cuando llegaba al set, ya no era yo: era Kerr. Caminaba, hablaba y miraba el mundo como él”, relató Johnson.

La confianza con Blunt también jugó un papel clave. Según el actor, esa amistad permitió explorar escenas intensas sin miedo a exponerse. “Si no fuéramos tan cercanos, no sé si habríamos podido llegar a esos lugares emocionales. Esa confianza abrió la puerta a la vulnerabilidad”, explicó.
Lejos de los músculos y la acción a gran escala, Johnson asegura que este papel fue casi terapéutico, aunque de un modo inesperado: “No soy alguien que recurra mucho a la terapia, pero este trabajo fue tan aterrador como liberador. Me abrió en dos y me permitió explorar heridas y emociones que nunca había mostrado en cámara. Fue un proceso duro, pero profundamente enriquecedor”.
Con esta interpretación, Johnson no solo busca conquistar a la crítica, sino también demostrar que su talento va mucho más allá del arquetipo del héroe imparable. ‘The Smashing Machine’ promete ser una de las sorpresas dramáticas del año y un hito en la carrera de un actor que, esta vez, se atrevió a mostrar sus fisuras.