‘Licorice Pizza’: Juventud divino tesoro en su máxima expresión

Paul Thomas Anderson regresó con una película que ha encantado a muchos y que ha levantado algunas controversias. “Licorice Pizza” sigue la historia de los jóvenes Alana y Gary, interpretados brillantemente por Alana Haim y Cooper Hoffman.

De PTA no se puede esperar otra cosa que no sea calidad, y con este filme lo ratifica. El retrato de la vorágine de los 70’s, la juventud y el desarrollo de los protagonistas son muy buenos y nos dejan con una sensación de habernos salido, por un momentito, de nuestro espacio temporal y habernos trasladado a California en la era de The Doors. 

A pesar de que tenemos un sólido guion, humor en su punto, y el apoyo de actores de gran experiencia, nada hubiera funcionado tan bien como lo hizo de no ser por la química entre Alana Haim y Cooper Hoffman. Estos chicos, sin nada de experiencia (Alana incursionando por primera vez en Hollywood; Cooper todo un adolescente), nos han dado una de las actuaciones más refrescantes, naturales y entretenidas del año. Alana tiene un don que evita que despegues los ojos de ella, y Cooper tiene ese carisma que se ve en poquísimas personas. Espero que la carrera de ambos, en adelante, sea imparable.

Licorice Pizza se siente como un sueño, como las imágenes que construyes en tu mente cuando tu abuelo te cuenta historias de cuando era joven y audaz. Los “travelings”, los planos secuencias con música de David Bowie o Wings mientras los personajes hacen algo estúpidamente genial son hermosos, y emocionan porque hacen realidad el sueño que todos tenemos de tener una épica banda sonora de fondo mientras hacemos algo que sabemos que recordaremos hasta el fin de nuestros días.

Si bien al término de la película no tenía otra cosa que elogios, pronto caí en cuenta de un tema que otros también han sacado a discusión: la diferencia de edad entre Alana y Gary. Es cierto que una película no tiene la obligación de dar una lección moral; sin embargo, esta también tiene que asumir la responsabilidad del mensaje que está dando. 

Decir que este film es una dulce historia de amor es incorrecto porque, si se pone en contexto, no lo es. La idea del romance entre un adolescente de 15 años con una mujer de veintitantos es inadmisible, y al tener eso en mente, la perspectiva de varias escenas cambia. En mi opinión, PTA no tuvo malas intenciones per se, pero las críticas que han circulado al respecto me parecen válidas. No me extenderé sobre eso ahora porque esta reseña se haría excesivamente larga. Lo dejo abierto a debate.

Les recomiendo mucho que la vean y hagan su propio juicio sobre la película en general. Verla en cine fue una linda experiencia, y espero que también hayan tenido esa oportunidad. Veremos qué tal le va en esta temporada de premios.

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