Después de 10 años desde su última película, Hayao Miyazaki regresa por lo grande con una propuesta de tintes autobiográficos, la más personal de su filmografía, manteniendo la cautivadora fantasía que tanto lo caracteriza.
En un contexto donde directores o franquicias regresan por el puro mero factor económico, aprovechándose de la nostalgia, es bastante refrescante y satisfactorio presenciar un regreso que se nota, en cada aspecto de la película, que surge de la ambición de contar algo nuevo, atrevido y sumamente personal para los realizadores. Miyazaki salió de su retiro y realmente dijo “aún tengo más por contar”.
Su regreso después de 10 años de su supuesto retiro no podía pasar desapercibido. Según el productor Toshio Suzuki, ‘El niño y la garza’ es la película más cara producida en Japón. Esto se traduce en una animación bien cuidada y una historia bastante ambiciosa, que mantiene la fantasía con la que Miyazaki nos tiene cautivados, construyendo su propio universo con elementos y personajes originales, creativos y fantásticos, mientras al mismo tiempo aborda temas como el proceso del duelo, el legado, la vida y la muerte, entre otros.
Por momentos, la historia quiere abordar todos los temas (de por sí, densos) en la misma magnitud, por lo cual, se puede sentir un poco sobrecargado y pesado de seguir. Sin embargo, según el productor Suzuki, la historia es así porque Miyazaki buscaba que sea semi autobiográfica, donde la historia se refleja en el mismo y personas con las que ha trabajado y compartido a lo largo de los años. El objetivo principal de esta película era contar una historia que rinda homenaje a estos grandes personajes y a su filmografía a lo largo de tantos años, y se puede notar con muchas referencias visuales y narrativas de películas y personajes pasados, referencias que amarán los fans de Ghibli.
Te quiero mucho, Studio Ghibli. 🫶 pic.twitter.com/2d2s3n3Six
— La Cinestación 🎬 (@lacinestacion) January 10, 2024
No me sorprendería (ni molestaría) si esta película resulta ser la última película de Miyazaki. Considerando que en algún momento de su carrera, inevitablemente una de sus películas será la última, sería un cierre poético culminar una filmografía tan icónica como la suya con una historia personal e intrínseca para él y el estudio Ghibli. Con obras maestras como ‘El viaje de Chihiro’ o ‘Mi vecino totoro’, ‘El niño y la garza’ tal vez no sea la mejor de su filmografía pero sí que es un gran homenaje a esta.