Siempre es interesante ver películas basadas (aun parcialmente) en la vida de sus directores. Sobre todo si se trata de un director como Steven Spielberg. Hoy hablaremos de ‘The Fabelmans’, un ‘coming-of-age’ brillante en todo sentido de la palabra.
‘The Fabelmans’ despertó la atención del público cinéfilo ni bien fue anunciada. Spielberg, un cineasta de la vieja escuela, con una trayectoria llena de anécdotas ligadas al cine para contar, finalmente iba a narrar un poco de su vasta experiencia a través de la ficción. Su infancia y adolescencia, momentos claves en la vida donde encontramos amores y pasiones, fueron traducidos en una película llena de claroscuros, ternura y arte. Un ‘coming-of-age’ que te deja con una sensación de calidez en el corazón.
Los miembros de una familia singular
‘The Fabelmans’ se desarrolla en un contexto de post-guerra. Nuestro protagonista es Sammy Fabelman, a quien vemos en la primera secuencia enamorándose del cine. Sus papás son el perfecto ejemplo de ese viejo dicho que asegura que los opuestos se atraen. Mientras que la madre (Michelle Williams) es una mujer sumamente artística, musical y sensible a la vida; el padre (Paul Dano) es un apasionado ingeniero que se toma todo con una serenidad impresionante. Lo cierto es que ambos se adoran, pero quizá no de la manera que uno esperaría en un matrimonio.
Durante la primera hora de la película nos presentan a los personajes, ahondamos más y más en la idiosincrasia de los Fabelmans y de Sammy en particular. Lo que quizás criticaría es que no se desarrollan tan bien algunos mundos interiores. Hago particular énfasis en Bennie y en Burt (el padre), los dos hombres adultos más importantes de la película.
Francamente, se me hace difícil creer que pueda existir una persona como Burt, tan impasible y abnegada. Sí, ya sé que es una película y no todo tiene que ser realista, pero en otros personajes, como el de Mitzi (la madre) o hasta el tío Boris, sí se logra explorar un poco más de su psique, su razón de ser como integrantes de ese universo. Si bien esta decisión de darle más profundidad a unos integrantes de la familia que a otros es perfectamente dable, no me deja de extrañar porque tanto Burt como Bennie son cuasi-protagonistas. Esto le quita un poco de verosimilitud a la narración.
La brillantez de la cinematografía, la música y dirección de arte
Creo que alguien de quien no se está hablando mucho es de Janusz Kamiński, el director de fotografía de ‘The Fabelmans’, y colaborador recurrente de Spielberg. Este es uno de los aspectos que más destacaría de este filme, el lenguaje audiovisual es pulcro y muy original. La construcción de los planos y los movimientos de cámara son hermosos, y ayudan a crear la sensación de que estamos en un mundo mágico, que estamos en una película. Cuando la vean, vean cómo se sitúan las luces e impactan en la narrativa de lo que estamos viendo.
Otro aspecto que destacaría es la dirección de arte. Comenzando por los vestuarios, esta es una de las cintas en las que es muy notorio cómo la personalidad de los personajes se transfiere a su vestuario. Los ternos de colores serios de Burt, los vestidos y las uñas de un vibrante color rojo de Mitzi, los gama de tonos cálidos y poco llamativos de la ropa del introvertido Sammy; todo contribuye a la narrativa. Los decorados y colores de las casas en las que viven también cambian a medida que avanzamos en el conflicto. Todo muy cuidado, como debe ser.
Ahora, otro de los maestros que Spielberg convocó para ‘The Fabelmans’ es el compositor John Williams. Ni qué decir de su trabajo, la música nos transmite esa sensación mística de mirar crecer a un soñador ante nuestros ojos, a un cineasta en ciernes. La mejor pieza es, sin duda, la creada para el baile de Mitzi. Transformó ese momento en el que ella podría haberse visto como una completa loca es un momento dulce, artístico y lleno de calidez. El poder de la música, señoras y señores.
La actuación de Michelle Williams
Le dedico una sección especial a la siempre talentosa Michelle Williams por el increíble trabajo que hizo en ‘The Fabelmans’. Ella no es la protagonista, pero se roba toda la atención desde un inicio. Su capacidad de darnos a entender el conflicto interno por que el que su mente y corazón están pasando con un solo gesto, en cuestión de segundos, es admirable. Es una de las mejores actrices de su generación, y realmente se merece ese Oscar al que está nominada por este papel.
Para terminar, si bien ‘The Fabelmans’ es una película bella en todo sentido, se queda corta ante sus contendoras de esta temporada de premios. Los clichés y el melodrama que usa en ciertas partes la hace ver un poco simple, pero qué más da, no todas las películas tienen que estar libres de eso para ser buenas. Es muy disfrutable, y es la prueba de que Spielberg nació para hacer esto. Qué alegría que Universal Studios de los 70’s le dieron una oportunidad, y así se iniciara la carrera de uno de los directores más importantes de nuestro tiempos.
