En todas las naciones existen ese tipo de sucesos excepcionalmente trascendentales en los que uno dice: ‘Deberían hacer una película de esto’. Eso es exactamente lo que ocurre con ‘Argentina, 1985’, filme de Sergio Mitre donde se narra uno de los episodios clave en la historia del país gaucho, el célebre Juicio a las Juntas.
Después de una gira bastante exitosa en los festivales de cine más prestigiosos del mundo, ‘Argentina, 1985’ hizo su arribo a la plataforma de Amazon Prime el pasado fin de semana. El filme es el seleccionado para representar a su país ante los premios Oscar, y no era para menos. Es, indudablemente, una de las películas latinoamericanas más conmovedoras del año.
Sergio Mitre, el director, decidió hacer una película de un acontecimiento que fue histórico no solo para Argentina, sino para el mundo. El Juicio a las Juntas fue uno de esos casos inauditos en los que poderosos jefes militares y hasta un ex-presidente dictador se vieron arrinconados frente a un tribunal civil y condenados, ante la mirada de sus propias víctimas, por sus crímenes.
El material para la película yacía allí, esperando a ser procesado y transformado al lenguaje narrativo-audiovisual. Mitre se tomó 5 años para la investigación y preparación necesarias. El logrado diseño de producción y el cast son prueba de que hubo un buen trabajo en pre-producción. Una de los puntos más complicados, quizás, fue elegir cómo contar la historia sin ser irrespetuoso, frívolo o melodramático.
El arquetipo de David contra Goliat
El modo más certero de despertar la simpatía incondicional hacia nuestros protagonistas, el fiscal Strassera y el fiscal adjunto Moreno Ocampo, era haciendo énfasis en su evidente desventaja. Empezando por la reluctancia inicial de Strassera a convertirse en el ‘héroe nacional’, pasando por el equipo joven e inexperto, hasta el retiro de todo apoyo político, el guion desplega todas las fichas eficientemente. Esta es una lucha que terminará en un triunfo rutilante, o en una derrota mortal.
La fórmula del débil contra el fuerte, el David contra el Goliat, es un arquetipo base que funciona de maravilla en esta historia porque, a decir verdad, eso fue lo que pasó en la vida real. Si bien la película no profundiza mucho en la psique de los personajes, dejándonos con la sensación de apenas haber rozado la superficie en este aspecto, esto no afecta mucho al filme. Al final, este es el tipo de película en la que uno quiere saber qué sigue, no lo que el protagonista está pensando.
Ahondando un poco más en la construcción de Strassera y Moreno Ocampo como personajes, estos son representados como los héroes absolutos por excelencia. Firmes y resolutos hasta al final, el único momento de clara debilidad es el de Strassera al inicio, cuando se negaba a aceptar su destino. Nuevamente, estamos ante un cliché que (esta vez) funciona bien por la interpretación de los actores.
Darín y el alegato de Strassera
Los actores elegidos para encarnar a los protagonistas fueron Ricardo Darín y Peter Lanzani como fiscal y fiscal adjunto respectivamente. Ambos llevan a cabo un buenísimo trabajo, pero hay que decir que Darín se roba el show. Tengamos en cuenta que esto se debe a que la película se centra muchísimo en su personaje, pero también es por el gran talento del veterano actor.
Por ejemplo, estoy segura de que, como a mí, a muchos se les habrá quedado impregnada en la mente la escena de la lectura del alegato de Strassera. Es el momento cumbre del guion, tenía que ser impecable, y así fue. La emoción que transmite Darín traspasa la pantalla y llega al corazón, al punto que una termina aplaudiendo junto al público presente en el juzgado. Y es aun más conmovedor enterarse de que, efectivamente, así ocurrió en la realidad.
Los países de este lado del continente americano han sido marcados a lo largo de su historia por dictaduras, violencia y ríos de sangre. Ver películas que traen al presente ecos de un pasado oscuro es doloroso, pero necesario. De seguro que la generación joven argentina que vio esta película buscará más información al respecto, y eso es maravilloso. El cine tiene ese poder. Me alegra ver que se hagan ese tipo de filmes que todos puedan disfrutar y, de paso, reflexionar.
‘Argentina, 1985’ podrá no ser la mejor película del país gaúcho, pero es conmovedora y accesible en el sentido de que tiene una historia envolvente, impactante y muy entretenida. La recomiendo muchísimo, sean argentinos/as o no, el argumento los atrapará y hará lagrimear por lo menos una que otra vez. Imperdible.