‘Past lives’: El dolor del ‘que hubiera pasado si…’ y el conflicto de identidad en una migrante | Crítica

Imagina conocer a alguien con quien te sientes muy bien, pero un mal día la vida los separa, se alejan y luego, por azares del destino, se vuelven a encontrar décadas después. Hablemos de ‘Past lives’ y por qué es una de las mejores películas del 2023.

past lives reseña crítica vidas pasadas cine greta lee celine song oscars ver
‘Vidas pasadas’ ya está en cines. Foto: A24

‘Past lives’, la opera prima de Celine Song, fue una de las grandes sorpresas del año. La historia de Na Young y Hae Sung nos traslada a Corea del Sur y Nueva York, dos escenarios que juegan un rol importantísimo en la trama por algo tan simple como complejo en sí: la distancia. 

Un pequeño acercamiento al argumento

‘Past lives’ va sobre Na Young, una niña ambiciosa y competitiva, y Hae Sung, un niño que intenta llevarle el ritmo para no perderla de vista. Ambos van a la escuela juntos en Corea del Sur hasta que Na Young y su familia se mudan inopinadamente a Canadá, al otro lado del océano, donde Hae Sung no puede alcanzarla más.

Años después de un fallido intento de reconexión a través de redes sociales, Hae Sung, ya en sus 30’s, decide viajar a Nueva York a conocer la ciudad y, de paso, visitar a su vieja amiga que vive allí. Él no ha cambiado mucho, ya que permaneció principalmente en su país de origen y continuó su vida de acuerdo a la cultura de la sociedad surcoreana. Sin embargo, Na Young es radicalmente distinta a la niña que Hae Sung conoció. Ha crecido en Norteamérica, tiene otra visión y ha olvidado un poco su coreano nativo. De hecho, ya no se llama Na Young. Ahora su nombre es Nora.

past lives reseña crítica vidas pasadas cine greta lee celine song oscars ver
‘Vidas pasadas’ ya está en cines. Foto: A24

Na Young o Nora

Si bien es usual que los surcoreanos adopten un nombre ‘occidental’ al momento de emigrar o entrar en contacto con personas que no hablan su idioma, esto define un punto de inflexión en la película. Na Young, en el momento en que define que su nombre será Nora, resume en segundos el problema inmanente de los migrantes: el conflicto de identidad, y todo lo que esto acarrea. Su pasado en Corea del Sur, la amistad de Hae Sung, su niñez es Na Young. Su presente, sus sueños de escritora, su nueva vida es Nora.

Esta historia le pertenece, principalmente, a ella, pues de cierto modo, Hae Sung subsume el conflicto entre Na Young y Nora. No es gratuito que él le recuerde tanto a Corea del Sur, que al pensar y hablar con él evoque sus raíces, su idioma, su tierra. Hae Sung es el recuerdo más doloroso y dulce que tiene de la vida que tuvo antes de emigrar, la vida que pudo haber tenido si se hubiera quedado. Esta es una historia de (des)amor, pero bajo esta yace un subtexto de reflexión sobre la lucha interna de una joven dividida entre su identidad asiática y occidental.

Lee también: ‘El niño y la garza’: Hayao Miyazaki regresa con un gran homenaje al Studio Ghibli | Crítica

Narrando a través de la cinematografía

A través de las conversaciones que Nora y Hae Sung sostienen en Nueva York, vamos intuyendo la serie de eventos desafortunados y malas coincidencias que se interpusieron en su camino. La química es innegable entre ambos, y esto nos lo hace notar la directora muy sabiamente a través de gestos sutiles. Las distancias cada vez más cercanas, los silencios lleno de preguntas, explicaciones y respuestas. Los planos de ellos caminando en esa vasta ciudad son hermosos y los hace parecer aun más unidos, libres, siendo un par de jóvenes adultos turisteando y conversando sobre los viejos tiempos.

Esto contrasta duramente con los planos de ellos por separado. Por un lado está Nora, en su pequeño apartamento con (ups) su esposo, Arthur. Su casa tiene la iluminación cálida propia de un hogar; pero, en cierto modo, los estrechos ambientes se sienten un tanto asfixiantes para alguien como ella. Por otro lado está Hae Sung, quien está solo con sus pensamientos en su lóbrega habitación de hotel.

Ahora, nosotros como audiencia tenemos claro qué piensa Hae Sung casi desde el inicio. Con Nora es diferente por su personalidad más reticente, así que la manera en que la directora Song nos revela lo que ocurre en su mente es a través de los diálogos entre ella y su esposo. A mi parecer, las conversaciones entre ellos dos son la parte más interesante de la película. Arthur es una especie de catalizador de las emociones de Nora, y es a través de él que entendemos el alboroto emocional que está provocando en ambos la presencia de Hae Sung.

La pregunta más dolorosa de todas: ¿Qué hubiera pasado si…?

La escena del inicio es la que, finalmente, termina convirtiéndose en el clímax de la película. En alguna otra película ambos se hubieran confesado ardientemente al uno al otro que aún se quieren, con lágrimas y una despedida al estilo de ‘Los Puentes de Madison’ (peliculón). Sin embargo, esta historia no estaba hecha para eso, y Song lo sabía muy bien. En su lugar, solo hablan de posibilidades, de vidas pasadas y realidades alternas. Para coronar, el buen Arthur está a un lado, escuchando sin entender nada. Más trágico no se puede.

past lives reseña crítica vidas pasadas cine greta lee celine song oscars ver
‘Vidas pasadas’ ya está en cines. Foto: A24

La directora nos lleva hasta el final, con el corazón en la mano, preguntándonos si en algún momento Nora dejará escapar alguna emoción, si dejará salir a Na Young a flote. Y no es hasta el último minuto que ella se derrumba en brazos de Arthur. Y él la consuela a sabiendas de la razón de su llanto y de lo que esto supone para sí mismo, para su relación. Un final tan brillante y doloroso como no se había visto desde las miradas entre Mia y Sebastian de ‘La La Land’, la cinta más famosa del género de las ‘what if…’.

Una digna y fuerte competidora en esta temporada de premios

Hay tantas cosas tan bien logradas en ‘Past lives’ que esta reseña podría extenderse por párrafos y párrafos interminables. No he mencionado la conmovedora banda sonora ni tampoco la dirección de arte o la dirección de fotografía, que hacían que cada detalle contara algo y aportara a la trama. Sin embargo, lo que sí está en boca de todos es la maravillosa interpretación de Greta Lee, quien tenía el peso más grande sobre sus hombros a nivel de guion, y lo interpretó de maravilla. Como bien se dice, hacer parecer fácil su trabajo habla de lo bien ejecutado que estuvo.

‘Past lives’ quizás no tenga la popularidad que otras películas de su género poseen, pero no nos cansaremos de recomendarla. Lamentablemente, es muy probable que no le vaya bien en categorías como Mejor Película o Mejor Director(a) por la dura competencia de este año, pero esperemos que Greta Lee logre algún premio. Se vale soñar.

Comparte esta publicación:
¿Quieres enterarte de más? Síguenos en nuestras redes sociales para estar al tanto de lo último: