El primer episodio de la precuela de ‘Game of Thrones’ ya se ha coronado como el más visto de la plataforma, superando incluso a ‘Euphoria’. El fandom de Westeros ha vuelto a la vida con más fuerza que nunca.
El pasado domingo por la noche, millones de personas se sentaron frente a sus televisores y/o laptops a ver el capítulo debut de ”House of The Dragon’. La historia de la casa Targaryen llamó la atención de un público compuesto mayoritariamente por fans de la inolvidable GOT, sin embargo, se perfila a ser algo más que “la precuela de”. ¿Es esta la era del reinado los spin-offs?
Esta masiva acogida no fue ninguna sorpresa después de la prolongada campaña publicitaria que tuvo la serie. Desde la continua publicación de fotos promocionales, entrevistas y fragmentos del primer episodio; la gente no podía esperar a que llegara el 22 de agosto. Una apuesta arriesgada llevar las expectativas al límite, por supuesto, pero, ¿qué podría salir mal teniendo en el guion a George R. R. Martin y en el equipo realizador a Miguel Sapochnik, quien dirigió varios de los mejores episodios de GOT? Nada.
Las claves para entender el éxito de este primer episodio
La elección de la casa Targaryen como protagonista del primer spin-off de la saga de Westeros no es gratuita. Pensándolo bien, esta es una de familias más turbulentas e interesantes de todo este universo. Como cereza del pastel, tenemos a los dragones.
El hecho de que la heroína Rhaenyra tenga varias similitudes como personaje con Daenerys Targaryen también sirve mucho para reavivar la nostalgia. Vamos, ese “Dracarys” de la joven princesa fue tremendo flashback a la era GOT. En conclusión, HBO supo muy bien con qué historia empezar.
Pasamos con la elección del cast. No tenemos caras extraordinariamente conocidas, entonces estamos a la espera de que nos den una sorpresa, como pasó con el elenco de GOT. La única estrella consolidada es Matt Smith, quien tiene el personaje más atractivo y aterrador de la serie: Daemon Targaryen. Este no podía ser confiado a cualquiera, pues se necesita de un carisma especial para mantener al príncipe déspota entre el amor y el odio del público. Smith, a mi parecer, hará un buen trabajo con eso.
Por otro lado, la historia está brillantemente ejecutada. Ni qué decir, Miguel Sapochnik hizo un despliegue de todo lo que nos llevó a amar GOT en su momento. El primer capítulo comienza con el planteamiento sólido del conflicto, la presentación de los personajes y sus necesidades y el drama familiar, infaltable en la lucha por el Trono de Hierro.
Asimismo, el momento más destacable de la narrativa de este primer episodio es el contrapunto entre las secuencias del torneo y el parto de la reina. Después de ese punto de clímax, tenemos el final, cerrado e impecable, que nos deja con ganas de más. Mejor no se podría haber empezado.
Ahora veremos si es que se puede mantener ese nivel durante toda la temporada que tiene un largo marco temporal que abarcar. Por ahora, los fans están satisfechos, e incluso hay posibilidad de que otro tipo de público también se interese en verla pues no necesita hacer referencias a GOT. Veremos qué nos depara el futuro.
