Babylon: un aparatoso homenaje al cine opacado por su exagerado intento de ser disparatada

Si La La Land es la romantización de Hollywood, Babylon es su antítesis. En una nota más frenética, cuenta la evolución del cine como arte e industria en forma de homenaje pero pierde su enfoque intentando ser exagerada, excesiva, hasta vulgar.Escena de Babylon

Con películas como ‘La la land’ y ‘Whiplash’, Damien Chazelle se ha coronado como uno de los directores más aclamados de Hollywood y uno de mis favoritos, personalmente. Dicho esto, las expectativas por ‘Babylon’ eran altas a pesar de haber tenido una recepción bastante mixta con la crítica y el público. Sin embargo, esta fue la excepción, resultando en una experiencia agridulce, llena de altibajos.

Babylon narra la travesía en búsqueda de la fama en Hollywood de diversos personajes. Entre ellos están Jack Conrad (Brad Pitt), Nellie LaRoy (Margot Robbie) y Manny Torres (Diego Calva). Cada uno tiene trayectorias y obstáculos diferentes. Todo esto se desarrolla durante la época dorada y excéntrica de Hollywood, en el contexto de transición del cine mudo al sonoro y sus consecuencias en la industria. 

La premisa de artistas soñadores puede resultar familiar a ‘La la land’, sin embargo, ‘Babylon’ funciona más como una antítesis de esta. El filme tiene una atmósfera menos idealista que muestra la peor cara de la industria del cine. 

Una gran historia sobre el cine desperdiciada en la película incorrecta

Margot Robbie en Babylon

Babylon cuenta con un par de secuencias que considero de las mejores del año, estoy seguro que todo apasionado por el cine amará. Y es que cuando la cinta muestra las dificultades y peculiaridades de hacer y estar en películas en esa época es cuando está en su apogeo. Sin embargo, esta grandeza está constantemente opacada por fragmentos que parecieran que fueran de otra historia de un tono y temática totalmente diferente.  

En teoría, la película busca mostrar los excesos de la industria en la época, no solo en el set, sino en las fiestas y eventos que se realizaban. No es que tenga algo personal en contra de esto, el problema es la manera en cómo lo ejecutan. ‘El lobo de Wall Street también estuvo lleno de hedonismo, pero eso no significa que sea un punto débil.

En el caso de Babylon, solo en los primeros 10 minutos un elefante defeca directamente a la pantalla y personajes. Hay una fiesta con drogas, alcohol, sexo por todos lados de forma explícita y muchas cosas raras más mientras la gente baila y suena la exorbitante musica de Justin Hurwitz. La diferencia es que Scorsese le dió un propósito cómico a estos momentos que, además, contribuyeron al desarrollo de los personajes y la trama. En Babylon, los excesos no tienen nada de esto. En algunas ocasiones son secuencias aisladas de la trama y se sienten muy presumidas, con el único fin de mostrar lo loca y divertida que puede llegar a ser la película. 

Una errada estrategia de comunicación

Uno de los peores errores de la película es haber escogido la identidad incorrecta para presentarse ante la audiencia. Y es que si uno ve la estrategia de marketing y distribución que han tenido, Babylon se autodenomina con características como la película más loca del año o Una historia de ambición y excesos desmesurados […] durante una época de desenfrenada decadencia y depravación en los albores de Hollywood (sinopsis oficial en IMDB), entre otras frases relacionadas a lo salvaje y divertida que es.

Muy en el fondo, entiendo esta decisión, pues tuvo la finalidad de atraer a una audiencia más amplia. Después de todo, una película sobre hacer películas en la industria hollywoodense de los años 20 puede sonar atractiva para los críticos y cinéfilos, pero nada tentador para el espectador casual. La ironía está en que terminó siendo uno de los mayores fracasos en taquilla del año. Al parecer, no llegó a conectar en su totalidad con ninguno de los dos públicos a los que apuntó.

¿Otra carta de amor al cine? ¿o es una carta de odio?

Babylon

Dejando de lado el tema de las locuras en el filme, en esencia, tiene una gran historia por contar sobre la industria del cine y cómo esta es una máquina en constante movimiento.

No existen declaraciones oficiales por parte de Chazelle del por qué se llama Babylon. Sin embargo, se podría intuir que es en referencia a la Torre de Babel, ubicada en Babilonia, un lugar pervertido y alejado de Dios. La película se refiere al cine como la Torre, un palimpsesto de facetas y eras superpuestas unas con otras. Estas están en constante cambio y evolución, mas terminan siendo, hasta hoy, lo mismo: una industria apasionante, pero cruel y a veces perversa.

Dicho esto, es curioso y hasta gracioso calificar la película con el clásico “una carta de amor al cine” porque sí, lo es, pero una carta de amor y odio. Chazelle expone con un odio cómo la industria crea y desecha estrellas mientras sigue su curso como si nada pasara. No obstante, el cine es un arte tan hermoso que no se puede soltar.

Definitivamente es de las películas que odias o amas. Mi mayor problema con Babylon es haber disfrutado tanto de las buenas partes que tiene para luego desinflar esa experiencia perdiendo el interés en una película que dura 3 interminables horas, con partes malas que superan lo positivo.

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