En un increíble debut direccional, Charlotte Wells nos somete a un viaje reparador hacia nuestra infancia y plantea la idea de la disonancia entre la persona que un hijo llega a conocer de sus padres y quienes son estos realmente. ‘Aftersun’ está disponible en MUBI.
Detrás de cada persona, existe una relación singular con nuestros padres que traen consigo experiencias y memorias que están con nosotros para siempre. En esta ocasión, Charlotte Wells, en su ópera prima como directora y guionista, nos cuenta su experiencia personal a través del recuerdo de unas vacaciones que tuvo con su padre y cómo su relación con él la marcó.
Ganadora del premio “French Touch Prize of the Critics” en el Festival de Cannes 2022, ‘Aftersun’ trata sobre una Sophie (Frankie Corio) de adulta rememorando a través de unas grabaciones suyas unas vacaciones de verano en Turquía que tuvo con su papá, Calum (Paul Mescal), hace 20 años cuando ella tenía 11.
La película indaga sobre la relación que ambos tienen, entre padre e hija, que desde una vista superficial se ve bastante alegre, pero disimuladamente se va construyendo una tensión alrededor de ambos.
Diferentes edades, diferentes realidades
Sophie es una niña alegre y divertida de 11 años, una edad en el limbo entre la niñez y la adolescencia, donde comienza a notar e interesarse por nuevas cosas como las relaciones amicales y afectivas. Entretanto, su papá, de 30 años, se encuentra en un mundo rodeado de problemas propios de la adultez como la separación amorosa, trabajo y preocupaciones financieras.
Esta dinámica permite que la película interactúe con estas notas emocionales totalmente opuestas. Sophie se encuentra en su propio coming-of-age, descubriendo el mundo, mientras que su papá hace el mejor esfuerzo posible por mantenerse en el mismo ritmo anímico de diversión para disimular su tristeza ante su hija. Cabe recalcar que las actuaciones de ambos son increíbles.
La relación padre-hija que maneja este par es bastante singular. ‘Aftersun’ hace un excelente trabajo visual al contrastar las familias convencionales, de una relación vertical entre padres mayores e hijos infantiles, con Sophie y Calum, que por su dinámica amical y poca diferencia de edad, son confundidos por hermanos. Asimismo, el lenguaje visual se encarga de potenciar el contraste del estado de ánimo y mental entre nuestros protagonistas. En uno de mis frames favoritos de la película y del año (ver foto de arriba) se puede observar que donde está Sophie existe una atmósfera cálida, alegre y amplia; simbolizando una de las frases que le dice su padre: que tiene todo el tiempo del mundo por delante, mientras que donde se encuentra Calum se ve un espacio arrinconado, triste y sombrío.
La imagen que tenemos de nuestros padres y quienes realmente son
Uno de los puntos principales que toca ‘Aftersun’ es cómo nunca llegamos a conocer a nuestros padres en su totalidad y más aun en nuestra infancia.
En esta ocasión, Calum se mostraba ante su hija como un padre bastante amoroso y divertido, en el que ella le podía confiar lo que quisiera. La película, al tener una estructura narrativa construida por fragmentos de recuerdos personales de Sophie, nos pone en la misma posición que ella, llegando a conocer solamente esta faceta totalmente idealizada de su padre. Es por eso que cuando aparecen fragmentos aislados de Calum, reflexivo y triste, nos toman por sorpresa, dándonos a entender que detrás de la alegría hay una persona solitaria pasándola mal.
Verla otra vez es una experiencia nueva y aún más dolorosa
(ALERTA DE SPOILERS)
Para la redacción de esta crítica y aprovechando el estreno en MUBI, decidí volverla a ver ya que había pasado un tiempo desde que la vi por primera vez y sinceramente, es una experiencia que recomiendo bastante.
Gran parte de la película tiene escenas y diálogos que recién cobran un gran sentido con el desenlace del acto final. Este tampoco se da de forma explícita, dejando casi todo a la interpretación de la audiencia, pero sí que es bastante sugerente con la idea de que Calum sufría de depresión y cometió suicidio.
La primera vez que la vi, durante la película sentí mi mente ocupada tratando de unir los hilos y, aún después del final, la conclusión no es literal sino que es todo un proceso. A mi parecer, esto es lo mejor que tiene por ofrecer la película, ya que toda esa sensación y experiencia post película termina siendo una representación muy cruda y real de lo que es experimentar el suicidio de alguien cercano. Así es exactamente cómo se sintió Sophie ante el eventual suicidio de su padre, a quien ella recordaba feliz y no podía comprender el porqué. Es por eso que se pone a ver las grabaciones de su posible último viaje y encuentro con su padre, en búsqueda de señales y explicaciones de lo sucedido.
Como la película es contada a través de estos recuerdos, el revisionado nos pone en los zapatos de Sophie más que antes, recordando como espectadores la primera vez que vimos la película como un viejo recuerdo del pasado. Después de conocer el desenlace, cada actitud, gesto o diálogo que menciona el padre cobran sentido y duelen más porque comprendes el sufrimiento por el que estaba pasando detrás de cada sonrisa.
