‘Una batalla tras otra’: y unas chelitas (cerveza) para celebrar el cine | Crítica

“¿Qué hora es?” Ahora que ya vimos ‘Una Batalla tras Otra’, sabemos la respuesta: es hora de tomar unas pequeñas cervezas.

Lo nuevo de Paul Thomas Anderson, o PTA para los amigos, ha llegado a las pantallas y los cinéfilos lo celebran, y con justa razón. En los 90, cuando PTA comenzó a forjarse con ‘Hard Eight’ y ‘Boogie Nights’, las películas de autor no eran una anomalía, sino la norma. Ahora, ‘Una batalla tras otra’ (One Battle After Another), o por sus siglas en inglés, OBAA; se siente como un soplo de aire fresco en medio de carteleras dominadas por franquicias, secuelas e IPs de superhéroes. Y, a pesar de que ‘Una batalla tras otra’ parte de la novela ‘Vineland’ de Thomas Pynchon, PTA se tomó bastantes libertades creativas al adaptar la historia al guion.

Un padre, antes involucrado con un grupo revolucionario llamado “French 75”, se pone en peligro a sí mismo y a su hija ahora que el enemigo de este grupo resurge después de dieciséis años.

De eso trata ‘Una batalla tras otra’. Es una película que merece ser vista en el cine. Es artística y tiene visión, pero a su vez es grande, entretenida y en gran escala. PTA logra un equilibrio entre thriller de acción, comedia de drogo y saga criminal, con persecuciones que parecen sacadas de películas de los 70 u 80, lo que la hace sentirse más táctil, más real, especialmente si se ve en la pantalla grande.

‘Una batalla tras otra’ ya está en cines. Foto: Warner Bros.

Una lucha por generaciones

Como toda película de PTA, los personajes son imperfectos, conflictivos y plenamente humanos. No se trata del héroe blanco salvador que viene a rescatarnos, sino de cómo la misma comunidad puede crear resiliencia. Y esa lucha no queda en nosotros, sino que la batuta se pasa a las siguientes generaciones. Como dijo Nina Simone: “libertad significa vivir sin miedo” (I’ll tell you what freedom means to me: No fear!). Sin duda, una inspiración para el director, ya que es la misma frase pronunciada por Benicio del Toro en la cinta.

¿Es una película política? En cierto modo, sí. Toca los extremos de izquierda y de derecha, y en esa tensión se impulsa gran parte de la trama. A la vez, combina estos temas con una sátira que brinda ligereza, aunque a veces suaviza la fuerza de algunas escenas. Pero, en el fondo, también es una historia sobre un padre y una hija. Como en ‘Buscando a Nemo’, él debe aprender a soltar y a entender que crecer implica riesgos, pero también libertad: no se trata solo de rescatar, sino de darles las herramientas para que ellos mismos se salven.

¿Es buena? Pienso que va a haber algunos únicos y detergentes que van a aludir que esta película está sobrevalorada. Vayan al cine y juzguen por ustedes mismos, yo no lo creo. La única razón por la que siento que puede perder la atención de algunos es el primer acto. Se sintió un poco apresurado y, a su vez, largo, aunque igualmente está expertamente filmado. Deberían liberar el corte del director para saber todo lo que PTA quería poner; hay una versión de OBAA de cinco horas que nos estamos perdiendo. Después de esa primera hora, se encuentra la obra de Paul Thomas Anderson de la cual todos están hablando.

Teyana Taylor en ‘Una batalla tras otra’. Foto: Warner Bros.

Un maravilloso elenco

Leonardo DiCaprio encarna a Bob, un padre paranoico, stoner y alcohólico. Ha pasado dieciséis años en la sombra mientras cuidaba/preparaba pasivamente a su hija (ella misma lee el libro revolucionario con los códigos; Benicio del Toro es quien le enseña karate). Todos lo están comparando con ‘The Dude’, con justa razón, pero es un dude más ansioso. Lo que lo mantiene en la lucha es su gente alrededor: primero por Perfidia, luego por su culpa y por la fuerza que le transmiten otros (Benicio, French 75).

DiCaprio muestra todo su magistral rango actoral, como siempre. No hay fallas; salvo, en mi opinión, una. Solo alguien que es padre o madre va a entender lo que voy a decir. Al no ser padre en la vida real, siento que le falta esa intuición visceral. No lo invalida; es un excelente trabajo, como siempre. Pero ya hay actores que mencionan que ser padre les cambia su interpretación a otro nivel (como Jennifer Lawrence diciendo “Recomiendo mucho tener hijos si quieres ser actor”), y me da curiosidad cómo sería eso con DiCaprio. Al ser una historia de padre e hija, a riesgo de que me odien, sí lo sentí ligeramente forzado.

Leonardo DiCaprio en ‘Una batalla tras otra’. Foto: Warner Bros.

Sean Penn es el actor que verdaderamente merece reconocimiento en esta película, y le deseo mil Óscares, salvo el hecho de que los premios están politizados y Sean Penn es el Mel Gibson liberal de los actores. En 2022, famosamente indicó que le dio sus Óscares a Ucrania para que los derritieran y sean balas para matar rusos en la guerra. Si a la Academia no le molesta que le derritan otro trofeo, en mi opinión está más que merecido.

Steven J. Lockjaw es un coronel cargado de odio, misoginia y fanatismo. Sean Penn lo interpreta tan intensamente sin caer en el caricaturismo. Pero detrás de toda esa brutalidad se encuentra su vulnerabilidad: un hombre inseguro, desesperado por pertenecer a algo, típico estereotipo susceptible que termina metiéndose a cultos o, en este caso, a la ideología supremacista blanca, secta que le da la ilusión de cumplir su sueño americano y, por fin, obtener validación.

Sean Penn en ‘Una batalla tras otra’. Foto: Warner Bros.

Chase Infiniti interpreta a Willa, no Willax, la hija de Bob. Su personaje es el catalizador de la trama, sí, pero también el aporte emocional de su relación con su padre, su percepción de la causa, su espíritu y fuerza innata para continuar la lucha. La actriz es relativamente nueva, pero la combinación de ser atleta (trabajó como entrenadora de kickboxing) y haber tenido un rol importante en la serie ‘Presumed Innocent’ le dio visibilidad para obtener este rol. Definitivamente, veremos más de ella.

Benicio “un par de cervezas” del Toro interpreta a Sensei Sergio St. Carlos, un hombre sereno que observa el caos desde adentro sin perder la claridad. Es el yang del yin de DiCaprio. Mientras Bob es miedo y paranoia, Sergio es calma, su contrapeso. Él es el verdadero revolucionario de la película, porque está entre su gente y saca a Bob de varias situaciones con tan solo el apoyo de su comunidad.

Para Benicio, la clave era estar presente sin opacar. PTA no lo empuja al dramatismo, sino que dejó que su presencia hable. Y eso se logró: un personaje secundario con el peso moral y la profundidad de un protagonista. Hay altas posibilidades de una nominación al Óscar, pero si compite como secundario contra Sean Penn, la tiene difícil.

Leonardo DiCaprio y Benicio del Toro en ‘Una batalla tras otra’. Foto: Warner Bros.

Teyana Taylor domina la pantalla a pesar de solo verla al principio de la cinta. Su magnetismo no es solo por su físico, sino por cómo controla las escenas de seducción o confrontación. También realizó escenas exigentes, e incluso reveló en una entrevista que, al saber que iba a tener que correr diez cuadras continuas a 3 km/h, casi discutió con PTA. A lo cual el director respondió: “Bueno, si estuvieras robando un banco, ¿pararías? Si te estuviera persiguiendo la policía, ¿te detendrías?”.

Regina Hall, como Deandra, funciona como el ancla emocional de la historia al cuidar de Willa. Dijo que lo que le llamó del guion fue que es una película de acción, pero con momentos para respirar. Para PTA no hay roles de “relleno”, y el de Deandra sostiene la trama desde su contención. Regina indicó que es el rol más silencioso de su carrera, ya que debía expresarse con gestos pequeños, silencios y miradas, distinto a lo que ha hecho en su carrera de comedia, famosamente conocida por la trilogía de ‘Scary Movie’.

Regina Hall en ‘Una batalla tras otra’. Foto: Warner Bros.

La música original fue compuesta por Jonny Greenwood, quien ha colaborado con PTA en seis de sus películas. La composición es un piano al estilo jazz, impredecible, que se usa para reflejar los estados mentales de los personajes o momentos de acción. Marca los momentos de suspenso de manera tan increíble que a nadie parece importarle cancelarlo por ser un sionista. Otro ejemplo más del eterno debate sobre separar al artista de la obra.

Florencia Martín, conocida por su trabajo en ‘Babylon’, ‘Blonde’ y ‘Her’, se encargó del diseño de producción. Su trabajo en la cinta es muy cuidadoso: desde el apartamento del Sensei lleno de detalles que muestran años de uso, hasta la elección para la sede principal del “Club de Aventuras Navideñas”, la sociedad secreta de los supremacistas blancos de extrema derecha, la cual fue, en la vida real, la antigua casa de Ronald Reagan, antiguo presidente y figura central de la derecha estadounidense de los años 80.

Otro ejemplo: el kit de prueba de ADN que usa Lockjaw fue construido desde cero por el prop master Robbie Duncan. Martín y PTA también hicieron scout de locaciones reales en California para evitar sets prefabricados y reforzar esa autenticidad visual que se refleja en pantalla.

Kit de prueba de ADN construido por Robbie Duncan.

En mis predicciones está que para Halloween el atuendo de Bob será el más buscado, que estará nominada al Óscar de cajón por mejor película y actores principales y de reparto. El opening sketch de los Óscar va a ser la escena donde DiCaprio está en el teléfono público y, al otro lado de la línea, estará Conan O’Brien. Además, esa calle ondeada donde muchas cosas pasan será la nueva versión de lo que fueron en su momento las escaleras de ‘Joker’.

La calle ondeada donde suceden muchas cosas.

Es la película del momento y recomendada para verla en el cine, sin duda.

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